martes, 26 de abril de 2016

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LA POBREZA EN LAS SOCIEDADES PREINDUSTRIALES

La pobreza no es algo nuevo en la historia de la humanidad. Su causa fundamental radica en la baja productividad del trabajo en las sociedades preindustriales, a lo cual hay que sumar la desigual distribución de la riqueza y el ingreso. Vivir en una condición de premura material fue la situación normal del género humano hasta que los progresos tecnológicos de la era moderna hicieron posible, para las amplias mayorías, tener acceso a niveles de consumo, salud, educación y bienestar en general impensables en épocas anteriores. Según los cálculos del historiador económico Angus Maddison la renta per cápita promedio en las sociedades tradicionales ha oscilado en torno a los 400/500 dólares (dólares estadounidenses de 1990 de igual poder adquisitivo) anuales por persona.



Esto equivale a lo que hoy, internacional-mente, se considera la línea de pobreza extrema. Todavía para economistas clásicos como David Ricardo la pobreza, definida como un nivel de consumo que básicamente aseguraba la subsistencia, era el destino natural de las clases trabajadoras industriales. Thomas Malthus profetizó, en su célebre Ensayo sobre los principios de la población publicado en 1798, la necesaria pobreza de la gran masa de los seres humanos dada la tendencia de la humanidad a reproducirse más allá de las posibilidades de la agricultura de producir alimentos a un ritmo que igualase la rapidez del crecimiento poblacional. A mediados del siglo XIX, Karl Marx basó su pronóstico sobre la necesaria caída del capitalismo en la pauperización del proletariado industrial, hecho que él consideraba como una “ley férrea” del desarrollo capitalista. Sin embargo, ya Marx veía esta pauperización como un hecho básicamente social, determinado no por la falta de medios sino por la distribución desigual de los resultados de la producción. Es por ello que su utopía comunista, hija del optimismo tecnológico que va cundiendo durante el siglo XIX, postula la salida definitiva de la humanidad de su estado de necesidad.

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